ECP

Hoy os quiero hablar de la "Estimulación Cerebral Profunda” ( ECP)

El pasado mes de Noviembre fue intervenido de ECP , casi 10 años después de ser diagnosticado de Parkinson.

Si hoy me preguntaran si recomendaría la ECP, no dudaría en responder “SÍ”, y es que la mejoría que he  notado con respecto a antes de la operación ha sido mucha.

Es cierto, que cada operación afecta a cada enfermo de una forma diferente, por eso hablo desde mi punto de vista.

Son muchos los efectos de mejora que he tenido a raíz de la operación. Ya en la misma operación pude comprobar su efecto positivo sobre el temblor, como éste desaparecía a medida que regulaban la intensidad de los electrodos (alguna que otra lágrima recorrió la mejilla).

Otra mejora que me ha llamado la atención por la rapidez del efecto de la operación ha sido que ahora duermo. Antes de operarme yo estaba durmiendo una media de 4 horas al día, ello implicaba estar muchos días malhumorado , me quedaba durmiendo comiendo, no podía hacer viajes largos conduciendo porque me dormía al volante...

Fue operarme y ... uff!! aún recuerdo, no sin emocionarme, cómo me desperté y vi a mi mujer mirándome y llorando porque llevaba más de 8 horas durmiendo.

También volvió la alegría a mi cara.La gente me decía que en la cara se me notaba mucho, tenía esa alegría que siempre había tenido, esa rigidez facial , que yo no había sido consciente, había desaparecido.

Pero a parte de poder descansar,de la rigidez facial, de la disminución de los temblores, de esa mejoría global de la enfermedad, es cierto , que no es una cura, y aunque aún tengo mucho recorrido de mejora con la ECP, la enfermedad sigue su camino, su avance.

Y esto a veces cuesta de digerir, porque quiera o no quiera, veo las mejoras y uno se cree que está curado, pero esta enfermedad es de ponerte rápido los pies sobre la tierra.

Termino el post escuchando música y casualidades de la vida la canción que suena es “Para toda la vida” de Miis Cafeína, y en mi caso , no va de amor y desamor, el título viene, como se suele decir, como anillo al dedo.

Y es que el Párkinson, hoy por hoy, es para toda la vida.

Javi Hinojosa Rojas.